En este post voy a resumir el texto de Heinrich Popitz “Sobre el efecto preventivo del no saber” (1968). Su hipótesis principal es que para que la sociedad funcione, es necesario que las personas rompan algunas reglas, y que no todos los crímenes sean descubiertos ni castigados. Suena raro a primera vista, pero los argumentos que da son la base para entender mejor la sociología de la criminalidad.

Una preconcepción que yo tenía antes de leer este texto era que romper las reglas siempre tiene un efecto negativo en la sociedad, porque después de todo las reglas son creadas por la sociedad. Sin embargo, según Popitz, en todas las sociedades hay personas que rompen las reglas, y nos conviene ver esto como un fenómeno neutral que es una parte necesaria de la sociedad. La función que cumple que las personas rompan las reglas es que evita que las normas se vuelvan más estrictas rápidamente, lo cual estabiliza al sistema legal. Un ejemplo de esto es que en los países donde menos personas rompen reglas pequeñas, como cruzar la luz peatonal en rojo, ese acto es más castigado, tanto social como legalmente.

La razón para este efecto es que el sistema que vigila que las personas cumplan las reglas tiene una capacidad limitada de detectar y castigar los rompimientos de regla. Si la mayoría de personas en un lugar cruzan una luz en rojo, no tiene sentido crear una ley que lo prohíba (o por lo menos no tiene sentido ejercer la ley que lo prohíbe) porque demasiados recursos tendrían que ser usados para multar a todos todo el tiempo. En cambio, si solo pocas personas cruzan en rojo, es posible prohibirlo y multar a esas pocas personas. Por eso, mientras menos personas rompen una regla, más fácil es que esa regla se vuelva más estricta.

Como consecuencia, si nadie rompiera ninguna regla, las normas podrían volverse cada vez más estrictas, y en algún momento la sociedad colapsaría porque casi todos los comportamientos estarían prohibidos y las personas no serían libres. Es por esto que Popitz dice que es necesario que se rompan algunas reglas, para frenar este proceso y mantener una sociedad y un sistema legal estable.

Cuando Popitz escribió este ensayo, era inimaginable que exista una sociedad donde todos los rompimientos de reglas fueran descubiertos, porque no había la tecnología para colectar tantos datos y registrar a todas las personas y sus crímenes. Sin embargo, con la tecnología de hoy es fácil imaginarse una distopía Orwelliana donde se descubre y se castiga la mayoría de los crímenes.

Cabe mencionar que el punto de Popitz no es decir que las reglas son malas, sino que las ve como necesarias para poder vivir juntos en una sociedad. Su punto es que no deberíamos intentar tener una sociedad donde nadie rompe ninguna regla, porque si tenemos éxito, en el intento colapsaría el sistema legal y social. Este ensayo es un ejemplo de cómo un análisis sociológico de algo aparentemente intuitivo, como decir que romper las reglas es malo para la sociedad, puede mostrar que esto no es necesariamente cierto.